Tirando crema ...

Vacaciones, época de descansar, disfrutar y desconectarte del mundo en el que día a día convives. Estas vacaciones no eran como las anteriores, Los Comparitos habían aceptado la invitación de "Los Panucos" a visitar la hermosa tierra de su infancia, Panúco, veracruz. A media hora de la hermosa playa de Tampico, con un clima caluroso, pero con la hermosa presencia del Río Panúco.

Los planes ya se habían hecho para engalardonar la visita a esas hermosas tierras y dentro del itinerario, que abarcaba la visita a Panúco y Tampico, incluía el disfrutar de la noche en los antros de ambas ciudades.

Era un viernes por la noche, tercer día de la estancia en aquellas tierras, luego de haber disfrutado un hermoso día en la playa, de haber jugado un futbolito playero, de haber visto voluptuosos e impresionantes cuerpos de sirenas que se asoleaban sobre la arena. De haber sido presos de la debilidad masculina, de haber disfrutado ver tangas e hilos dentales, así como tops secos y húmedos. Ahhh que hermosa vida ... quien fuera mar para acariciarlas con mis olas, o mejor aún, quien fuera hilo dental, para .... bueno ustedes completenle!!!

En fin, habían disfrutado el día y el pensamiento de Los Comparitos estaba en seguir pasándola bien aquella noche. El destino: "El Coco", uno de los dos antros existentes en aquel entonces. Las agujas del reloj señalaban las 8:00 de la noche, el "cucu, cucu" se hizo escuchar....

Juan: Andale, pinche Luis, apúrate que todavía tenemos que ir a cenar.
Luis: Bueno, "Quién llego primero???"
Juan: Ahhh no mames guey, ya desocupa el baño, me tengo que bañar.
Luis: Me estoy rasurando.
Juan: Uta madre, guey, te dije que alla afuera estaba la podadora. Te vas a tardar de a madre.
Luis: Aqui traigo a "Felipe".
Juan: Quién es Felipe, guey???
Luis: El rastrillo de 5 hojas de acero inoxidable. Rasura con madre.
Juan: No mames, tu necesitas ir a definite a ver que chingados pueden hacer por ti.

En medio de la discusión, los minutos pasaron. Mientras tanto, Severo hacía de las suyas comiendo de todo lo que le servían y le ofrecían nuestros anfitriones.

Señora: Aqui les traigo frijolitos muchachos!!
Severo: Muy buenos los frijolitosh!!!
Señora: Tambien les preparé unos tamales.
Severo: Muy buenos los tamalitosh!!!
Señora: Les traje nopalitos.
Severo: Muy buenos los nopalitosh!!!
Severo parecía resumidero, se tragaba todo lo que le ponían enfrente y de manera educada soltaba su mismo comentario, con la boca llena, desbordándosele por los lados de tanta comida. Arturo, solamente veia a aquella bestia, devorar y platicar, mientras por debajo de la mesa, Severo se sobaba los pies uno con otro, dando una imagen burda, grotesca y obscena.

Finalmente estuvieron listos, Los Panucos, que siempre habían sido buenos anfitriones, los esperaban. Debo hacer un paréntesis mi estimado lector para saludar a Los Panucos; Lupe, Gary, Carlos, Iván, Oscar, Gama, Guido, Pedro. Gracias por ser tan buenos anfitriones.

Dando por terminda la labor social, retomemos el punto. Todo listo, Los Comparitos iban recién bañaditos, con sus jeans, camisa y zapatos relucientes y ambos grupos estaban dispuestos a presumir aquella noche, al fin y al cabo ... eramos los de Monterrey!!!

Llegaron al "Coco" y solicitaron una mesa. Se disponían a pedir de tomar cuando llega la gran, famosa y divertida "Paila". La "Paila" es una muchacha simpática, digamos de unos 32 años, alta, robusta, muy morena y de pelo corto, chino y negro. Su principal virtud no es el ser atractora de hombres, sino por el contrario, cuando le pone el ojo a uno, lo acosa como un depredador a su presa. Siempre dicharachera y maldicienta, que le va poniendo el ojo al buen Luis. Luis en ese momento platicaba con el buen Severo mientras Juan y Arturo buscaban al mesero para empezar con unas buenas toribias.

Que se les acerca la "Paila" a Luis y a Severo y que empieza a hacer un movimiento de caderas de un lado a otro, mientras a estos se les abren los ojos y sorprendidos se miran el uno al otro. A Luis le comenzaron a temblar las manos, ahhh no es cierto, eso es natural en el, pero en ese momento parecía maraquero.

En ese preciso momento, cuando la "Paila" se aproximaba en reversa (en posición de chivito en ... bueno ya se imaginan) hacia Luis y Severo, que llega Juan con un par de cervezas, invitándolos a brindar. La cara de Luis y de Severo era amarilla del asombro y agradecidos se beben la cerveza repitiendo "Nos has salvado, estamos agradecidos".

Mientras tanto, la "Paila" se alejaba meneándose de un lado a otro, lanzando una mirada amenazante a su presa y mojándose los labios.

Pasaron las horas, la gente fue abarrotando el lugar a sabiendas que habían unos regios que amenazaban con ser el centro de atracción junto a sus amigos "Los Panucos".

Poco a poco, Los Comparitos comenzaban a tomar confianza en aquel lugar. Severo se tronaba la espalda dispuesto a dar la mejor noche en mucho tiempo y dar el baile del gallinazo, pero esa será otra historia futura. Juan platicaba con una muchacha en una mesa que por cierto era taquera, mientras Arturo bailaba con una veracruzana muy guapa, lástima que a este guey siempre se le duerme el gallo... con eso de que "la cosa es calmada", Luis bailaba también con una mujer flaca, pero flaca. Y todos daban cátedra de sus conocimientos de baile o de plática.

Como era de esperarse, empieza la música tipo cumbia y pues Los Comparitos, siendo regios, se sintieron especialistas y que empiezan a bailar de vueltas con sus jóvenes doncellas. Estas empezaron a asombrarse de los dotes de Los Comparitos y que empiezan Juan y Luis con sus respectivas parejas a dar sus vueltas raras y enredadas.

Justo en ese momento, Luis tenía en su mano derecha su cerveza Victoria y con la mano izquierda sostenía a su pareja, moviéndola de un lado a otro. Esto le daba un toque de maestría y seguridad. Luis miraba con firmeza a su pareja. La jóven sonreía feliz y encantada porque sus amigas la veían envidiándola en todo momento. En ese momento, Luis captó la atención de gran parte del antro y muchos y muchas se acercaban a su alrededor.

Tratando de dar una vuelta mas complicada y presumir sus pasos, Luis manda a giro completo a su pareja soltándola de su mano izquierda y en el momento que la jóven regresaba extendiendo su mano para que Luis la tomará, que la toma con la mano derecha mi Comparito (si mi estimado lector, con la mano en la cual llevaba la cerveza) y que le marca el pasó en alto y en el momento que la leventa para dar la vuelta, con la misma inercia del moviemiento, que inclina la mano, derrámandosele la cerveza justo en la cabeza de la jóven. La cerveza se desbordaba como cascada sobre el peinado de la joven, todos comenzaron a reir. El resto de los Comparitos se asombraban de lo que sus ojos veían, Luis seguía sin darse cuenta. La joven manoteaba y llena de escalofríos y limpiandose los ojos que deja de bailar. Fue en ese momento que Luis se dió cuenta de lo acontecido y que la suelta ya con la botella vacía y que suelta la carcajada, siguiendo con la risa de todos los que los observaban.

Al día siguiente se supo que la joven le dio gripa y a Luis, no le quedaron ganas de bailar de vueltas, desde ese entonces se le conoce como el jinete sin cabeza, ahhh no ese es otro guey de la tele.

Pues así es mis amigos, las cosas suceden cuando suceden y por algo suceden. Lo que queda claro es que esta vez sucedió para pasar un buen rato. Lástima por la joven, a ella no creo que le hayan quedado muy buenos recuerdos. Lo que nos queda claro es que sin estos momentos, la vida sería muy aburrida.

"A veces sentimos que lo que hacemos es una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltará esa gota."

Por: Bay